lunes, 26 de enero de 2009

Recursos: el Teatro

El teatro: discurso y hecho teatral

El teatro : algunas precisiones


A diferencia del texto narrativo, ensayístico o poético, el discurso teatral está destinado a la representación. Y esto se evidencia de manera clara en las características peculiares del entramado de su escritura donde conviven, por lo general, dos tipos de discursos : el parlamento de los personajes y las notaciones o acotaciones escénicas.

Si bien es posible leer en silencio una pieza dramática o hacer teatro leído, de alguna manera el o los que leen, construyen para sí, y para su potencial auditorio, una puesta en escena virtual de esa obra a través de la imaginación : las palabras evocan movimientos, tonos de voz, espacios escénicos, vestuario, etc.

De lo expresado se desprende el carácter específico de lo que se podría denominar “fenómeno teatral” ya que se trata de algo más que de un género del discurso lingüístico. El teatro, en efecto, puede ser considerado un conjunto múltiple de signos que se desenvuelven en distintos niveles. Por su carácter complejo, cubre un panorama heterogéneo y plural de hechos con distinto nivel comunicativo : procesos culturales y significativos, relaciones entre la representación y el público de tipo interactivo, hechos emocionales y psicofísicos, función social y política (baste recordar lo que significó como acontecimiento cultural y político Teatro abierto, 1981, en pleno Proceso de Reorganización Nacional). Por ello es necesario diferenciar bien los objetos de estudio : una cosa es el texto teatral y otra cosa el teatro o hecho teatral.



El hecho teatral

Es necesario saber con claridad a qué nos referimos cuando hablamos de teatro, pues esté fenómeno puede ser definido desde su desarrollo histórico y como proceso de comunicación con finalidad estética.

El origen del teatro en todas las culturas está asociado a la religión, pues tanto en China, como en Egipto, Grecia y la Edad Media, por dar solo algunos ejemplos, la representación dramática surge como una consecuencia lógica de los rituales religiosos, que paulatinamente se va desarrollando hacia ámbitos profanos y de total autonomía, con respeto a esa primera función religiosa.

Conocido es el nacimiento de la tragedia a partir de las fiestas dedicadas al dios Dionisos, Grandes Dionisíacas, a partir de la transformación de los cánticos (ditirambos), que entonaba y bailaba el coro de sacerdotes (faunos y bacantes), durante las procesiones, relatando el origen y la muerte del dios. Justamente, el término que designa a este género (tragoedia) significa canción del macho cabrío, animal simbólico con el cual se representaba al dios y que era sacrificado y devorado por sacerdotes y sacerdotisas hacia el final de la celebración dando comienzo a la orgía con la cual ésta terminaba.

Desde una persspectiva descriptiva el hecho teatral se caracteriza puesta en relación de cuatro factores clave : el texto teatral, el director, el actor y el público.

Si bien el texto es por lo general el punto de partida de la representación y el soporte de la acción dramática, siempre hay un momento en que el hecho teatral se produce, por definición, cuando actor y espectador se encuentran . La representación teatral es clave ya que un texto es una pieza dramática por su potencialidad de funcionar sobre escena, mediatizado por la puesta del director y la escenificación de los actores.


El texto teatral y sus signos

El texto dramático, compuesto por una trama en la que conviven el diálogo, la descripción, la argumentación y la narración, desde el punto de vista de la comunicación, está configurado por dos categorías sígnicas :

1. el texto propiamente dicho, constituido por los parlamentos de los personajes (texto primero) : signos primarios

2. las notaciones o acotaciones escénicas (texto segundo) : signos secundarios

Ambos textos de carácter lingüístico sufren cambios cuando la obra se pone en escena, en el ámbito teatral. El parlamento de los personajes se transforma en palabra dicha, tono y se acompaña de signos no lingüísticos : gestos, mímica, movimientos. Las acotaciones, por su parte se transforman en decorado, iluminación, vestuario, efectos sonoros, y otros.
Cuando se pretende realizar el análisis de un pieza teatral en tanto texto, es necesario tener en cuenta esta peculiaridad del género, aún cuando muchos aspectos se encuentren de modo virtual o potencial.

Los signos teatrales secundarios, o acotaciones, pueden ser clasificados en dos categorías :
· signos secundarios cuya puesta en acto escénica se realiza fuera del actor :

a) concernientes al espacio escénico : accesorios, decorado, iluminación.
b) efectos sonoros : música, sonidos, ruidos .

· signos secundarios cuya realización se da en el actor :

a) tono
b) quinésica (mímica, ademanes, desplazamiento)
c) composición exterior del personaje (vestuario, maquillaje, peinado)


Todos estos signos que aparecen referidos a través de enunciados lingüísticos (acotaciones escénicas) deben ser tenidos en cuenta desde sus aspectos denotativos y connotativos. La sobreabundancia e hipercodificación típica del teatro realista y naturalista, la casi inexistencia de referencias en el teatro del absurdo, su carácter simbólico en el teatro expresionista, son datos que no se pueden dejar de lado a la hora de asignarles un sentido en la interpretación del texto, pues están en estrecha relación con los signos primarios (parlamentos) y los refuerzan o contradicen.
En ocasiones, las notaciones escénicas funcionan como marca de género (farsa, drama, comedia, etc.) o subrayan el carácter lírico, humorístico, paródico de una obra.

La acción y la intriga en el discurso teatral

Desde el punto de vista del contenido del discurso dramático, se puede observar que este está estructurado por el desarrollo de una acción, ya, al igual que en la narrativa, su lenguaje se refiere a sucesos que deberán, luego, representarse en escena mediante una trama determinada a la que se denomina intriga.
La acción es abstracta ya que es un esquema dinámico de acontecimientos que da sentido y organiza el proceso dramático. La intriga es la manifestación concreta de la acción en todos sus detalles y su complejidad.
La acción puede sintetizarse en pocas palabras, en este sentido tiene un carácter macroestructural, y se puede esquematizar a través de núcleos , tal como se hace con la narración. Toda acción entraña un conflicto que se presenta, alcanza su clímax, punto culminantes, y se resuelve en los diversos actos en que se divide la pieza teatral. La intriga o trama está constituida por el entretejido de peripecias : complicaciones, retardamientos, giros inesperados, aceleración de los sucesos a través de los que se concreta la acción. Existen intrigas donde predomina la complicación (la comedia de enredos o el vaudeville) y otras más lineales como la tragedia griega, que se encaminan de manera unitaria y lineal hacia el desenlace.
Dentro de la intriga se reconocen dos tipos de funciones :
· las situaciones, marcadas por la entrada y salida de personajes (escena) y/o el cambio de decorado (cuadro). Las situaciones diversas se encadenan en secuencias, entre las cuales debemos distinguir aquellas que son determinantes para el desarrollo de la acción (núcleos) de aquellas que sólo actúan de relleno (catálisis).
1. Signos primarios : constituido por el texto primero propiamente dicho, es decir , por los parlamentos de los personajes

2. Signos secundarios : son las notaciones o acotaciones escénicas que se denominan, también, texto segundo.

Ambos textos, de carácter lingüístico, sufren cambios cuando la obra se pone en escena, en el ámbito teatral. El parlamento de los personajes se transforma en palabra dicha, tonos, etc. y se acompaña de signos no lingüísticos : gestos, mímica, movimientos. Las acotaciones, por su parte, se transforman en decorado, iluminación, vestuario, efectos sonoros, y demás.
Cuando se pretende analizar un pieza teatral, en tanto texto, es necesario tener en cuenta esta peculiaridad del género, es decir su carácter de obra destinada a la representación, aún cuando muchos aspectos se encuentren en ella de modo virtual o potencial, y solo se hagan realidad en el momento en que se pone en escena.

Signos secundarios o acotaciones escénicas

Las notaciones escénicas pueden ser clasificados en dos categorías :
a) signos secundarios cuya puesta en acto escénica se realiza fuera del actor :

· signos secundarios concernientes al espacio escénico : accesorios, decorado, iluminación.
· efectos sonoros : música, sonidos, ruidos .

b) signos secundarios cuya realización se da en el actor :

· tono
· mímica, ademanes, desplazamientos
· composición exterior del personaje (vestuario, maquillaje, peinado)


Todos estos signos, que aparecen referidos a través de enunciados lingüísticos (acotaciones escénicas), deben ser tenidos en cuenta desde sus aspectos literales y simbólicos. Por ejemplo, la sobreabundancia típica del teatro realista y naturalista, la casi inexistencia de referencias en el teatro del absurdo, el carácter metafórico que toman en el teatro expresionista, etc., son datos que no se pueden dejar de lado a la hora de asignarles un sentido en la interpretación del texto, pues están en estrecha relación con los signos primarios (parlamentos) y los refuerzan o contradicen.
En ocasiones, las notaciones escénicas funcionan como marca de género (farsa, drama, comedia, etc.) o subrayan el carácter lírico, humorístico, paródico de una obra.


La acción y la intriga en el discurso teatral

Desde el punto de vista del contenido del discurso dramático, se puede observar que este se encuentra estructurado por el desarrollo de una acción, ya que, al igual que en la narrativa, su lenguaje se refiere a sucesos que se producen y deberán, luego, representarse en escena mediante una trama determinada a la que se denomina intriga.
La acción, como la historia en el relato, es abstracta ya que es un esquema dinámico de acontecimientos que da sentido y organiza el proceso dramático. La intriga es la manifestación concreta de la acción en todos sus detalles y su complejidad.
La acción puede sintetizarse en pocas palabras, en este sentido tiene un carácter macroestructural, y se puede esquematizar a través de núcleos , tal como se hace con la narración. Toda acción entraña un conflicto que se presenta, alcanza su clímax (punto de máxima tensión dramática), y se resuelve (desenalce) en los diversos actos en que se divide la pieza teatral.
La intriga o trama está constituida por el entretejido de peripecias : complicaciones, retardamientos, giros inesperados, aceleración de los sucesos, etc., a través de los que se concreta la acción. Existen intrigas donde predomina la complicación (la comedia de enredos o el vaudeville francés) y otras más lineales, como la tragedia griega, que se encaminan de manera unitaria y directa hacia el desenlace.
Dentro de la intriga se reconocen dos tipos de elementos :
· las situaciones, marcadas por la entrada y salida de personajes (escenas) y/o el cambio de decorado (cuadros). Las diferentes situaciones, por su parte, se encadenan en secuencias, entre las se distinguen aquellas que son determinantes para el desarrollo de la acción (núcleos) de las que sólo actúan de relleno (catálisis).

· los personajes, que debe estudiarse en relación a su función* dentro de la acción, es decir observando si actúan como protagonistas, antagonistas, centro o resorte de la misma ; a las relaciones que mantienen entre sí y a los indicadores o índices (cf. módulo 3) a través del los cuales se pueden determinar sus carácterísticas (parlamentos, movimientos, vestuario, tono de voz, etc.)
En este último nivel (personajes) se puede trabajar, también, con el esquema actancial de Greimas que divide las funciones de los personajes en Sujeto, Objeto, Dador, Beneficiario, Opositor y Ayudante.


De: Alicia Montes. Los juegos del lenguaje, Buenos Aires, Kapelusz Editora, 2000

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